sábado, 7 de mayo de 2011

¿A qué le abrimos y a qué le cerramos la puerta?

Una vez más en el camino, después de haber transitado incertidumbre, caos, indecisión,  pasividad, vuelve todo a fluir. La Meditación es una guía que nos acompaña en todo momento, nos provee de energía vital y saludable para dar respuestas siempre desde la unidad que somos.
El Padre Moreno en su libro Por esta Vida I, escribió, "Esta en una invitación a una vida en plenitud. Es como si se respirara con otros pulmones, y comenzara a latir otra vida, no sujeta a los avatares de la existencialidad. Se ejerce la capacidad de quitarle el sufrimiento al dolor. Además, la capacidad física para rechazar las enfermedades se multiplica progresivamente a medida que se desarrolla una fuerte resistencia emotiva contra la enfermedad."
Como toda invitación a modificar estructuras ya sedimentadas y hechas huella en el tiempo, lo nuevo y, diferente a lo acostumbrado o conocido, genera temores y aparecen todo tipo de justificaciones. Ahí es donde desde ese centro que experimentamos al meditar, disponemos de la capacidad de elegir avanzar o replegarnos. Es esa sabiduría intuitiva que emerge a la superficie y podemos decidir  a conciencia ¿a qué le abrimos y a qué le cerramos la puerta? Aprendemos así que vivenciar la plenitud, propicia cambios, cambios liberadores de antiguas ataduras, y que al ponerlos en acción podemos empezar a disfrutar.
Mariana

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