martes, 24 de mayo de 2011

La Dinámica Mental como filosofía de vida, y la Meditación como herramienta cotidiana

Proponemos a todo aquel que necesite estar y sentirse mejor, una filosofía de vida diferente, a la que llamamos Dinámica Mental, su herramienta de práctica es la Meditación. Estamos convencidos y confiamos que éste método, ayuda integralmente al ser humano que elige tomarlo como opción en la vida.
Sabemos también que hay que desear profundamente querer cambiar, para estar mejor. Como toda práctica que se inicia reluce y maravilla, pero a medida que uno va adentrándose en ésta experiencia, empieza a encontrar-se....y muchas veces no se está dispuesto a enfrentar la realidad de lo que uno es. Entonces se inicia un boicot interno, un enfentamiento en el que siempre el que pierde, es uno mismo.
Este camino es muy amplio, dura toda la vida, tiene infinidad de posibilidades y beneficios, pero para poder disfrutarlos hay que disponerse a transitarlo sin urgencias, ni medias tintas.
Al meditar uno se observa, se registra, se toma el tiempo para reconocerse, redimensionarse, verse desde otras perspectivas, con una visión más objetiva y sana. Ese tiempo no tiene medida de tiempo...es eso simplemente, en el tiempo y en el ritmo de cada uno.
Nosotros que estamos en éste camino, que vivimos la vida con ésta filosofía, hemos encontrado un espacio de plenitud aún en medio de tanto desorden y caos. Y esto no significa que vivamos una vida color de rosa, lo que si podemos decir, es que tenemos más herramientas para enfrentar las situaciones sin tanto desgaste de energías, o si nos quedamos escasos sabemos que podemos volver a crearlas.
La base de la Dinámica Mental es aprender que somos una unidad indivisa, no hay división entre el cuerpo y la mente que somos, por eso todo lo que decimos, sentimos, pensamos o hacemos nos afecta o nos beneficia, de alguna manera nos hace responsables de nosotros mismos. Poder comprender esto amplía nuestro horizonte, despliega nuestras capacidades para armar un ciclo de salud, constante y contínuo. Que podemos experimentar y encarnar en nuestro cuerpo, en nuestras emociones, en nuestros pensamientos y potenciar así nuestra espiritualidad, que es el motor que nos pone en marcha y nos moviliza.
Tomar conciencia de los recursos con que contamos nos hace más dinámicos, y a la vez nos invita a saborear la vida y compartirla como algo verdadero, bueno, hermoso y único.

sábado, 7 de mayo de 2011

¿A qué le abrimos y a qué le cerramos la puerta?

Una vez más en el camino, después de haber transitado incertidumbre, caos, indecisión,  pasividad, vuelve todo a fluir. La Meditación es una guía que nos acompaña en todo momento, nos provee de energía vital y saludable para dar respuestas siempre desde la unidad que somos.
El Padre Moreno en su libro Por esta Vida I, escribió, "Esta en una invitación a una vida en plenitud. Es como si se respirara con otros pulmones, y comenzara a latir otra vida, no sujeta a los avatares de la existencialidad. Se ejerce la capacidad de quitarle el sufrimiento al dolor. Además, la capacidad física para rechazar las enfermedades se multiplica progresivamente a medida que se desarrolla una fuerte resistencia emotiva contra la enfermedad."
Como toda invitación a modificar estructuras ya sedimentadas y hechas huella en el tiempo, lo nuevo y, diferente a lo acostumbrado o conocido, genera temores y aparecen todo tipo de justificaciones. Ahí es donde desde ese centro que experimentamos al meditar, disponemos de la capacidad de elegir avanzar o replegarnos. Es esa sabiduría intuitiva que emerge a la superficie y podemos decidir  a conciencia ¿a qué le abrimos y a qué le cerramos la puerta? Aprendemos así que vivenciar la plenitud, propicia cambios, cambios liberadores de antiguas ataduras, y que al ponerlos en acción podemos empezar a disfrutar.
Mariana

miércoles, 4 de mayo de 2011

El camino de la Meditación y los momentos de zozobra

Cuando uno decide meditar, se inicia en un camino pasivo en apariencia, pero dinámico en esencia. En el que se van sucediendo diferentes etapas, que tienen cada una, su tiempo de asimilación y maduración. Estos escalones o momentos son progresivos y graduales, y cada uno aporta profundidad y consistencia al que sigue. Si simplemente prestamos atención al hecho de cerrar los ojos, vamos creando un ritmo con otra melodía, distinta a la conocida. Las sensaciones que surgen en el cuerpo son otras, pueden ser percibidas y disfrutadas con plenitud. Se crea una armoniosa simbiosis con el aquí y con el ahora.  Al concentrar la atención en nuestra respiración,  un sinnúmero de movimientos corporales, afectivos y mentales, son el origen, la piedra fundamental desde donde partir.
Como siempre decimos meditar es una tarea a crear, a veces la persona está esperando un resultado mágico e inmediato, entonces insistimos que la meditación no es magia, sino que es un compromiso con uno mismo, la dimensión de ese compromiso, es la medida que la persona decida invertir en este recorrido. La primera etapa de búsqueda del que elige meditar, es de alguna manera, la que configura el camino que sigue y el resultado a obtener. Cuando uno medita, se está comunicando con la verdad primordial de lo que uno es, nos guste o no. La mayoría de las veces esto causa temor, incertidumbre, angustia, negación y en oportunidades estancamiento, entonces casi siempre se abandona la práctica habitual de la meditación. Entonces nosotros aconsejamos que ese es el momento en el que no hay que aflojar. Es el momento de seguir hacia adelante aún sin saber mucho a donde se va o se quiere ir. Solamente tomar conciencia unos minutos por día de la respiración, es el faro que ilumina y nos ordena en esos momentos de zozobra para seguir avanzando.
Mariana