sábado, 30 de abril de 2011

El botiquín del Meditador

La persona que tiene como hábito la práctica de la Meditación, sabe que tiene a su disposición un botiquín interno para crear su salud.  El meditador adquiere para sí un espacio de tiempo que le es propio para ordenar y transformar su vida de todos los días. No se necesita estar en el Himalaya, para vivir una vida de armonía y salud, aún en medio del caos urbano. Solo se necesita tener la constancia de dedicarse a sí mismo, unos minutos del día, en los que uno cierra sus ojos, se observa, se siente, se registra, no se juzga, va generando una vitalidad inagotable, y percibe con claridad la manera de encaminar su vida según sus deseos, profundos. Se potencia, se despliega, se define, se integra, todo lo que uno es, con  luces y sombras.
La Meditación influye positivamente en nuestros estados de ánimo. Simplemente respirar de manera conciente, activa la respuesta de salud de nuestro cuerpo, lo  relaja modificando  todos nuestros sistemas y funciones orgánicas. El estado meditativo, ofrece un tiempo extra para elegir la forma de resolver y accionar frente a cualquier situación. Meditar es sentir, es integrar, es mediar entre el afuera y el adentro encontrando nuestro equilibrio y bienestar, esa capacidad interna, innata que fuimos olvidando.
Mariana

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