Escuchamos hablar todo el tiempo de los avances para prevenir y curar las enfermedades. Para ésto hay una inmensa cantidad de vacunas, estudios, medicamentos y análisis que previenen o que dan diagnósticos, que dicen si alguien está o no enfermo.
Desde la Dinámica Mental,
nuestra visión es integral, la enfermedad física es la última etapa de algo que se va gestando en silencio y a la sombra. Algo que va haciendo un desorden generalizado en las funciones naturales del organismo. Sin embargo,
siempre se está a tiempo de tomar el compromiso y la responsabilidad de crear la propia salud, de manera integral. Porque todo lo que nos pasa, resuena no solo a nivel corporal, ya que somos una unidad de cuerpo, psiquis y mente. Somos más que un cuerpo, somos un cuerpo espiritualizado y a la vez un espíritu corporeizado.
La enfermedad actúa como una piedra que va horadando, va imprimiendo grietas, surcos y huellas. Cada vez que algo de lo que sentimos, no es afín a lo que hacemos, ni a lo que pensamos aparece ese caos que nos enferma. Los estados de ánimo que persisten a través del enojo, la bronca, la confusión, el desconcierto, la resignación, la impaciencia, y unas cuantas emociones más, van calando muy hondo hacia lo profundo y de allí, van saliendo a la superficie, adhiriéndose en el cuerpo, para materializarse luego en síntomas o enfermedades. También sabemos que la enfermedad es una oportunidad para hacernos concientes y producir una transformación que nos beneficie.
Es por eso que
nuestra tarea tiene como intención convocar a quien o quienes lo deseen, invitándolos a darse cuenta y cambiar lo no saludable por la salud, la armonía y el bienestar. La meditación, el arte y la creatividad son las formas con que
enseñamos a Crear Salud. Abren el camino de posibilidades nuevas, y son ejes que calibran y equilibran nuestra vida de todos los días.
Mariana
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